Moritz pinta un monigote
Lectura
9
El pequeño Moritz está sentado a la mesa del
cuarto
de estar y no sabe qué hacer.
–Pinta algo –le propone su madre.
Moritz pinta un monigote. Su madre lo
encuentra
aburrido, pero a Moritz le gusta. Por eso, le
pinta un
bocadillo en el que pone: «No soy aburrido. Y
además
soy especialmente guapo».
«Sería mejor si pudiera estar vivo de
verdad», piensa
Moritz. Pero no solo lo piensa, sino que lo
desea con
todas sus fuerzas, y al hacerlo, murmura:
–Tiene que estar vivo.
De pronto, oye un ruido que viene del dibujo.
Suena
como la tos de un monigote. Y como el
monigote tose,
Moritz le pinta una bufanda.
–¿Hay algo que no esté bien? ¿Por qué no
haces
más que toser? ¿Por qué no hablas?
Los dos puntos de los ojos le miran llenos de
reproche.
Y la raya de una mano señala a la raya de la
boca.
0, mejor, a donde debería estar la boca.
–Lo siento –se disculpa–. Es demasiado
pequeña.
Ahora mismo te pinto una boca como es debido.
Al
momento pinta una boca muy grande y de vivo
trazo.
–Por fin puedo hablar –dice el monigote mientras
salta del dibujo–. ¿De verdad soy tan guapo?
Sobre la mesa, delante de Moritz, está el
monigote,
un poco tambaleante y muy delgado. En el
dibujo tenía
mucho mejor aspecto. «Pero a lo mejor él se
encuentra
lo bastante guapo», piensa Moritz. Y va por
un espejito de bolsillo.
Cuando el monigote se ve en el espejo,
protesta:
–Pero ¿qué cabezón me has pintado? Quiero ser
guapo,
muy guapo, el monigote más guapo del mundo.
–Pues túmbate y estate quieto –dice Moritz–.
Te voy
a pintar todo lo guapo que pueda.
Moritz pinta y pinta sin parar. El monigote
está cada
vez más guapo. Moritz pinta el pelo y dice:
–Ahora sí que estás guapo de verdad.
Está satisfecho e incluso espera que el
monigote le
alabe. Pero este no piensa hacerlo.
–No sé si estoy bien guapo –refunfuña–.
Píntame un
traje; no pienso seguir andando desnudo.
«A lo mejor tiene frío», piensa el pequeño
Moritz.
«Antes ha tosido». Así que le pinta un traje.
–¡La camisa haciendo juego! –le exige el
monigote–.
Y zapatos, calcetines y un sombrero. Pinta
todo lo
que necesita un caballero. ¿Por qué el
pantalón no
tiene raya? Yo solo llevo trajes que estén
perfectamente
planchados.
Finalmente, el pequeño Moritz le pinta esto
también.
El monigote da vueltas delante del espejo y
ordena:
–Hazme algo de comer. Quiero asado de ganso.
«Realmente es lógico. Los monigotes vivos
necesitan
comer», piensa el pequeño Moritz. Pero, por
desgracia,
Moritz no sabe pintar un asado de ganso.
Cuando
lo intenta, le sale algo de aspecto
incomestible,
medio ganso, medio pulga.
–Te podría pintar un plátano –ofrece Moritz.
–Bueno, tendré que comer plátano –se queja.
Moritz le da una cosa amarilla. El
caballerito la
muerde y empieza a gritar:
–¡Está verde! ¡Ay de ti como vuelvas a hacer
otra cosa
así! Y ahora quiero leche, y un plátano
maduro, y
manzanas, y un flan grande. Además, quiero
una
salchicha gigante, y chocolate, y jamón.
Moritz pinta y pinta sin quitar la vista del
papel.
–¡Más deprisa! –le grita–. Esto lo quiero más
grande,
y esto también. Esto no está bien pintado.
Otra salchicha
más, y que tenga mostaza.
Moritz pinta todo lo mejor que sabe, aunque
cada
vez tiene menos ganas de hacer algo para este
caballerito
tan especial.
–¡Más deprisa! ¡Más deprisa! –le oye decir–.
¡Pinta
mejor! ¡Con más colores! –grita.
Con las prisas, Moritz tira sin querer el
cacharro del
agua. El agua se derrama sobre el papel. Los
colores
se corren, todo está mojado. Los trazos del
monigote
están borrosos y descoloridos. Los colores se
mezclan
y se confunden.
Moritz arruga su dibujo y lo tira a la papelera.
Se alegra
de que el monigote haya desaparecido.
ACHIM BRÖGER
Las hazañas de Moritz (Adaptación)
1. Contesta.
• ¿Quién propuso a Moritz hacer un dibujo?
• ¿Por qué Moritz pintó una bufanda al
monigote?
• ¿Cuándo pudo hablar el monigote?
• ¿Cómo estaba el plátano que pintó Moritz?
2. Escribe un breve resumen de la lectura.
3. Completa con las palabras que caractericen
mejor a los protagonistas de la lectura.
• comprensivo
• vanidoso
• egoísta
• paciente
• exigente
• imaginativo
• Moritz era _________, ________ y __________
.
• El monigote era ____________ , __________ y
__________.
4. ¿Qué personaje de tebeo o de dibujos
animados te gustaría que se hiciera real y fuese amigo tuyo?
5. Escribe otro final de la lectura, en el
que Moritz consiga cambiar el carácter del monigote.
6. El adjetivo vivo puede tener varios significados.
Sustituye el adjetivo vivo por otro adjetivo
sin que cambie el significado que tiene en cada oración.
• astuto • rápido • persistente • chillón
• Moritz pintó un monigote de colores muy vivos.
• El monigote se paseaba con movimientos vivos.
• El inquilino resultó ser demasiado vivo.
• Su obra dejó a través de los siglos un vivo
recuerdo.
7. Completa con un sustantivo.
• reprochar àreproche
• atacar à ___________
• escapar à ___________
• canjear à ___________
• avanzar à ___________
• enganchar à ___________
• quitar à ___________
• empastar à ___________
• desguazar à ___________
• sacar à ___________
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