Cortado y Rincón estaban ya lejos de allí. Tanto se
esforzaron en servir a los viajeros que estos les dejaron ir montados en las
mulas la mayor parte del tiempo.
Más de una vez sintieron la tentación de meter la mano en
su equipaje, pero se contuvieron para no perder una ocasión tan buena de viajar
a una ciudad como Sevilla, donde sin duda les esperaban grandes aventuras.
Sin embargo, cuando por fin llegaron a aquella gran
ciudad, Cortado ya no pudo contenerse más. Mientras cruzaban la puerta de la
Aduana, rasgó con su cuchillo la maleta de uno de los viajeros y sacó
sigilosamente de ella dos camisas muy buenas, un reloj de sol y un cuadernillo.
Antes de que los viajeros pudieran darse cuenta del hurto, los dos amigos se
despidieron de ellos. Vendieron las camisas por veinte reales en el mercadillo
de la puerta del Arenal y luego se fueron a recorrer la ciudad.
Admiraron la grandeza y majestuosidad de la catedral y la
gran muchedumbre que se había reunido junto al río. Había seis galeras en el
Guadalquivir. Al verlas, los dos amigos suspiraron. Sabían muy bien que a los
delincuentes se les condenaba a remar en ellas de por vida.
Vieron a algunos muchachos de su edad que iban y venían
cargados con grandes cestas llenas de alimentos. Le preguntaron a uno de ellos
qué oficio era aquél y si estaba contento con él.
—Nos llaman mozos de la esportilla, porque ese es el
nombre de estas cestas —respondió el muchacho, que era asturiano—. En ellas le
llevamos a la gente su compra a casa. Yo no tengo queja de este oficio. No es
cansado, no tienes un amo fijo al que rendir cuentas y puedes sacar hasta cinco
o seis reales diarios.
Los dos amigos estuvieron de acuerdo en que no parecía un
mal trabajo. Sobre todo, les vendría de perlas para dedicarse a lo que de
verdad les interesaba, pues los esportilleros entraban en las casas ajenas sin
despertar sospechas.
Le preguntaron al asturiano dónde podían comprar las
cosas necesarias, y él mismo los acompañó a una tienda. Allí, con el dinero que
les habían dado por las camisas, compraron seis espuertas. El asturiano les
explicó dónde debían ofrecer sus servicios: por las mañanas, en la Carnicería y
en la plaza de San Salvador; por las tardes, en el río; los días de pescado, en
la Pescadería y en la Costanilla, y los jueves, en la Feria. Al día siguiente,
con la lección bien aprendida, se presentaron en la plaza de San Salvador.
Enseguida los rodearon otros esportilleros para hacerles mil preguntas, a las
que respondieron con paciencia y educación. Luego se les acercaron un sacristán
y un soldado, atraídos por lo limpias que estaban las espuertas de los dos
novatos. El sacristán llamó a Cortado, y el soldado a Rincón.
—Hoy he cobrado mi paga —dijo el soldado—, y quiero
ofrecerles un banquete a las amigas de mi dama.
—Pues llene vuesa merced la espuerta a su gusto
—respondió Rincón—, que tengo ánimo y fuerzas para llevarme toda la plaza. Si
además hace falta que le ayude a guisar, lo haré encantado.
Al soldado le agradó la respuesta, y le preguntó a Rincón
si quería dejar aquel oficio para ser su criado.
—Es mi primer día —respondió el muchacho—, y no querría
dejarlo hasta ver lo que tiene de malo y de bueno. Pero si veo que no me gusta,
le doy mi palabra a vuesa merced de que le serviré antes que a cualquier otro
amo.
Miguel de Cervantes, Rinconete
y Cortadillo (Texto adaptado)
Responde a estas
preguntas sobre el texto
1) ¿A qué ciudad se dirigían Rincón y Cortado?
2) ¿En qué medio de transporte hicieron la mayor parte
del viaje?
3) ¿A qué se dedicaban Rincón y Cortado? ¿Piensas que
eran personas honradas? Justifica tu respuesta.
4) ¿Qué sueldo podía obtener un mozo de la esportilla
diariamente?
5) ¿En qué momento histórico crees que tiene lugar esta
historia? ¿Por qué?
6) Busca en el diccionario (también puedes hacerlo en
internet) el significado de las siguientes palabras: hurto, sacristán, muchedumbre,
galera.
7) En el texto aparecen los nombres de diferentes lugares
de Sevilla. Nombra al menos 3.
8) Explica qué crees que significan las siguientes
expresiones:
- sintieron la tentación:
- sacó sigilosamente
- les vendría de perlas.
9) Este texto fue escrito por Miguel de Cervantes.
¿Sabrías decir el nombre de la obra más importante de este autor? ¿Y de otras 3
obras suyas?
10) ¿Qué piensas que le puede ocurrir a los dos pícaros
al final de la historia?
Repasamos lo que sabemos
1) Escribe cinco palabras de cada tipo con o
sin tilde.
Palabras agudas:
________________________
Palabras llanas:
_________________________
Palabras esdrújulas:
______________________
2
2) Escribe tilde donde corresponda.
astilla pelicula delantal pintor azucar marmol cascara
champu vibora esdrujula reptil maniqui telefono ademas pendulo agricultor
tiburon movil bombon autobus
RECUERDA
Los
prefijos y sufijos
intensivos son morfemas que
aumentan el grado o la intensidad de lo que expresa la palabra a la que se
unen. Son prefijos intensivos super-, hiper-, ultra- y archi-. El sufijo
intensivo más usado es -ísimo, -ísima.
1
3) Observa estas palabras y explica. ¿Qué
significado aportan esos prefijos?
Ultraligero, supercariñoso, archifamosa, hipersensible.
3
4) Añade el sufijo intensivo -ísimo o -ísima a estas palabras y
escribe oraciones con ellas.
• contento
• enfadado
4
5) Completa las oraciones con palabras que
contengan sufijos intensivos.
• Patricia tardó en acabar el examen porque
era…
• Ayer anduvimos mucho y me encontraba…
• El bizcocho te salió … y nos comimos un
buen trozo.
• Debes acostarte, porque es…
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